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domingo, 30 de junio de 2013

Factores que inspiran a Trabajar


Antes de preguntarte por qué tu equipo no rinde lo suficiente, trata de averiguar cuáles son los condicionantes externos que les pueden estar afectando. Atravesar problemas económicos, una separación sentimental o problemas de salud en un familiar cercano, provocan que el rendimiento de un colaborador disminuya. Lo hemos dicho muchas veces, somos personas, y gracias...


También debes conocer a tu equipo, saber qué les mueve en su trabajo diario. Básicamente suele girar en torno a tres factores. El enfoque varía en función de cuál de los factores es el más predominante:

- El dinero. Es un factor que siempre estará ahí, lo necesitamos para vivir, y para poder adquirir productos y servicios que nos provoquen bienestar, tanto a nosotros mismos como a nuestro entorno: familia, compañeros y amigos. En aquellas personas donde predomine este factor, el enfoque debe ser personal, cuánto le puede llegar a aportar económicamente dicha tarea, ya sea de forma directa o indirecta.

- El poder. Es un factor que suele cobrar más importancia cuando más complicadas y estratégicas son las decisiones a tomar. Para tratar con personas a las que les mueve este perfil, debes hacerle ver qué repercusión tendrá esa tarea, cuánta visibilidad podría aportarle, de manera inmediata y también en el medio plazo.

- La vocación. Es el factor que menos se tiene en cuenta, pero que está presente de alguna manera en todos nosotros. Es muy difícil por no decir imposible desempeñar un trabajo sin vocación. Para tratar con personas cuyo motivo principal es la vocación, debes hacerle ver cómo su acción influye en el entorno, cómo mejora la sociedad que le rodea y a la cual sirve.

Dado que los tres factores suelen estar presentes en todas las personas de nuestro equipo, aunque en proporciones diferentes en cada una, es importante conocer cómo es cada colaborador, para saber cuál es la forma más eficaz de enfocarle una nueva tarea.

Con el enfoque correcto, pasaremos de tener empleados obedientes y disciplinados, a colaboradores que le ponen corazón a su trabajo, y que despliegan toda su creatividad e iniciativa para llevar a cabo la tarea encomendada, y obtener los resultados deseados.

@manuelrichter

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domingo, 23 de junio de 2013

Nuestra Sociedad ha cambiado. Seamos conscientes.


"Lo más importante de una empresa son las personas que la forman".
"Hay que adaptarse al cambio permanente".
"Tenemos que gestionar el talento en las empresas".

Éstas son sólo algunas de las afirmaciones que hoy en día solemos escuchar. Mucho se oye hablar de la Sociedad de la Información o de la Sociedad del Conocimiento. En la mayoría de ocasiones, se hace referencia al mundo de Internet, al mundo de la disponibilidad de información infinita sobre todos los temas, a la múltiple interconexión entre todos nosotros.


Pero, ¿de dónde surge todo esto? ¿y por qué? ¿son cuestionables estas afirmaciones?

Hoy quería compartir con ustedes una charla que nos dio Fernando Giner hace unas semanas. Él nos mostraba cómo la Sociedad había evolucionado desde la Era Agrícola (siglo XIX) hacia la Era Industrial (siglo XX), y ahora hacia la Era de la Información y del Conocimiento (siglo XXI). Y comprendiendo esta perspectiva, muchas de las afirmaciones iniciales se explican solas.

En el Siglo XIX, durante la Era Agrícola, la vida giraba en torno a las granjas, se cultivaba la tierra con un gran esfuerzo físico y el objetivo era obtener alimentos con los que poder sobrevivir. En esta época, el trabajo no era especializado. Cualquiera - con fuerza - podía hacerlo. En este entorno no era necesario motivar ni escuchar, cualquier trabajador era fácilmente reemplazable. Los derechos de los trabajadores eran muy escasos.

En el Siglo XX evolucionamos hacia la Era Industrial. La llegada del petróleo y el gas hicieron posible la aparición de fábricas, alrededor de las cuales giraba la vida de los trabajadores. Por lo tanto, la fábrica sustituía a la granja. En estas industrias había grandes cadenas de producción. El trabajo era poco especializado, tras una formación mínima se accedía a un puesto determinado. Una vez en él, se trataba de tareas rutinarias y repetitivas, que había que ejercer con calidad, orden y eficiencia. Se ocupaba un puesto en la cadena de producción. Tampoco en este entorno era necesario motivar ni escuchar, y los trabajadores seguían siendo fácilmente reemplazables.

Poco se evolucionó en este aspecto durante la segunda mitad del Siglo XX. Aparecieron edificios de oficinas, cuya misión era la de proveer determinados servicios a las fábricas, pero también seguían siendo, en su mayor parte, tareas repetitivas y rutinarias, poco especializadas.

Y llegamos al Siglo XXI, y evolucionamos hacia la Era de la Información y del Conocimiento. Aquí, la información da el protagonismo. Las fábricas y los edificios de oficinas son sustituidas por redes interconectadas a través de la tecnología. En estas estructuras, el jefe no manda, sino que colabora e impulsa a su equipo. Se utiliza la creatividad y se generan ideas. Para ello, es fundamental tener equipos comprometidos y motivados. Hay que escuchar, hay que adaptarse a los cambios, hay que gestionar el talento de nuestros equipos. En la Era de la Sociedad y del Conocimiento, la diferencia la marcan directamente las personas, y las formas de gestionar los equipos. En este entorno, las personas no son fácilmente reemplazables, por el conocimiento y la experiencia que atesoran.

En mi opinión, se producirá probablemente una fragmentación mayor de la Sociedad, en dos partes bien diferenciadas. Una sociedad "low-cost", con condiciones duras, y especialización escasa, aislada, y una sociedad "tecnóloga", en torno a la Sociedad de la Información y del Conocimiento. En general, tendremos una protección laboral cada vez más débil, con empleos discontinuos para varias empresas, y sueldo alternante. La formación tenderá a ser continua y especializada, y estaremos orientados a buscar la innovación y el emprendimiento. La persona es la que marcará la diferencia, y decidirá su ubicación. El inglés, imprescindible.

Se dice que conociendo el pasado podemos entender mejor el presente. La sociedad ha cambiado, y ahora depende de nosotros y de nuestras empresas, adaptarnos a ella. En esta época, más que nunca, como decía Charles Darwin en el Siglo XIX, no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta.

Y tú, ¿cómo lo ves? ¿estás de acuerdo con estos planteamientos?

@manuelrichter

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domingo, 16 de junio de 2013

El Tetraedro de Nuestra Vida

Llevo unas semanas reflexionando sobre las características de un figura geométrica, el tetraedro. Y me parece una figura apasionante, muy especial.



Para entenderlo, repasemos primero sus principales características:

- Se trata de una figura geométrica cerrada formada por 4 triángulos. Si los triángulos son equiláteros (todos los lados de la misma longitud) el tetraedro se denomina regular.

- Un tetraedro regular forma una estructura sólida, estable y robusta.

- En ese caso, ninguno de los triángulos es mayor que otro. Por lo tanto, no hay ninguna cara débil.

- Todos los triángulos son adyacentes, están conectados entre sí.

- Complementando lo anterior, no hay triángulos enfrentados.

¿Podría representarse nuestra vida como un tetraedro? ¿Podríamos entonces hacerla más sólida y robusta? Yo creo que sí. El Tetraedro de nuestra Vida, estaría formado por estas 4 caras:

- Trabajo: Por un lado, es la forma en la que contribuimos al desarrollo de nuestra sociedad, de la forma que sea. Desde un trabajo no remunerado (cuidar del hogar) a trabajos creativos (artesanos); trabajos por cuenta propia (autónomos) o para terceros (la mayoría). El trabajo nos ocupa gran parte de nuestra vida (ahora incluso ocupará unos años más), y es crítico estar comprometidos y estar motivados (léase ¿Motivación o Compromiso?). El trabajo debe aportarte desarrollo personal, de forma que puedas ser consciente de tu aportación a los demás. Si no estás comprometido, o tu trabajo no te motiva, uno de los lados del tetraedro se debilita, deja de ser regular, y por tanto, pierde solidez. En este caso debes buscar el cambio, reflexionar sobre qué te compromete, qué te gusta, formarte adecuadamente y luchar por tu sueño.

Por otro lado, hay muchas personas que "se pasan el día y la vida trabajando". En esta época, marcada por la crisis económica, es importante ser productivo, sí, pero eso no quiere decir que tengamos que estar más horas en el trabajo. De hecho, está demostrado que una mayor presencia en número de horas, no mejora la productividad. España está a la cola en productividad, en parte por este motivo, y en parte por duplicidades excesivas en nuestros procedimientos, pero esto último no lo discutiremos hoy. Para ello, es importante saber priorizar, decidir qué es importante, qué es urgente, y cuáles son los ladrones de tiempo que debes evitar. En especial, gestionar el correo, no es una prioridad. 

- Familia: Este concepto está evolucionando, aunque aún seguimos estando muy arraigados al concepto tradicional de familia. Al menos, la pareja, los padres, hermanos e hijos, cuando se da el caso. En otras personas, este concepto se expande e incluye a abuelos, tíos, primos, sobrinos, nietos, etc. Somos seres sociales, nos criamos (casi siempre) en familia y ese lazo perdura. Nos han enseñado a cuidar los unos de los otros, a disfrutar conjuntamente, a respetarnos. La familia es la que nos proporciona seguridad, refugio, apoyo, solidaridad, y nosotros contribuimos de igual manera a ella.

La familia funciona con sentimientos, con impulsos, más allá de los razonamientos. Por este motivo, nos proporciona una serie de valores y dependencias que están por encima de muchos otros principios.

- Deporte: Está directamente relacionado con la salud y, sin embargo, es el lado del tetraedro que menos suele cuidarse. Hay personas que prácticamente ni lo consideran, hasta que se dan cuenta y entonces han perdido mucho tiempo. El deporte no es opcional, el deporte es necesario. Evolucionar hacia un cuerpo sano no sólo tiene múltiples ventajas de salud sino que también despeja la mente. Es más fácil razonar, es más fácil tomar decisiones, es más fácil entenderse con los demás, aumenta la productividad. Ya lo dice el dicho: "mens sana in corpore sano". Si no practicas ningún deporte empieza por cosas sencillas como pasear o nadar. Te pongo un ejemplo, visto hace poco en un ascensor:


Y si practicas deporte, difúndelo, siempre encontrarás quien comparta tus aficiones y quien te anime a continuar mejorando.

- Ocio: Este aspecto es muy importante, todos los que forman parte del tetraedro lo son. Nos mejora nuestro humor, nos suaviza el carácter, nos imprime optimismo y nos sentimos felices. Las excusas para debilitar este lado del tetraedro, suelen estar en los otros lados: "el trabajo no me lo permite", "tengo niños pequeños", en definitiva, "no tengo tiempo ni para divertirme". Pero son excusas, simples justificaciones que sin embargo nos llevan a renunciar a los momentos felices. ¿Imperdonable verdad?


Por lo tanto, en mi opinión, para tener una vida plena, saludable y feliz, tienes que ser consciente de cuál es tu propio Tetraedro, evaluar su solidez, su regularidad. Quizá, debas realizar algunos cambios. Ello te obligará a salir de tu zona de confort, pero te aseguro que vale la pena. Para alcanzar el equilibrio que necesitas, debes buscar un espacio de tiempo para cada lado del tetraedro, y respetarlo.

Por último, y aunque cada lado está interrelacionado con los otros, yo no soy partidario de mezclarlos entre sí. Puede hacerse, claro, pero no recomiendo que se realice de manera exclusiva. Ya no sería un Tetraedro :-)

Reflexiona... ¿Es el tetraedro de tu vida regular? ¿Es sólido, robusto y estable?

@manuelrichter

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domingo, 9 de junio de 2013

Líder

El término líder se utiliza de manera errónea en gran cantidad de ocasiones. Según la RAE, líder es aquella "persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora".



Es importante desmitificar algunos usos incorrectos sobre el Liderazgo:

En primer lugar Liderazgo no es igual a Autoridad. La Autoridad la da la posición que ocupa la persona, o el conocimiento profundo que pueda tener sobre una materia. En este sentido, muchas veces confundimos el término "líder" con lo que realmente es un mando, o un experto.

En segundo lugar Liderazgo no es igual a Gestión. Una cosa es ejercer de mando (gerente, jefe, director, etc.) y dedicarse a la gestión, a los procesos, a los números, y otra cosa muy diferente es ser un líder.

Entonces, ¿cuáles son las características más importantes que debe reunir un líder, en estos tiempos de crisis, tan cambiantes, tan inciertos? En mi opinión, un líder debe ejercer determinadas actitudes, y debe poseer algunas aptitudes. Comencemos con las actitudes:

- La regla de las 3 C (CCC): Para mí, actitudes esenciales de cualquier profesional, y más en un líder. Poner el Corazón en lo que hace, tener Constancia en la ejecución y mantener la Calma cuando sea necesaria.

- Optimista y Realista: Debe tener ambas cualidades, ya que el exceso de una perjudicaría a la otra.

Y sigamos con las aptitudes:

- Adaptación al corto y al medio plazo: Debe encontrar el equilibrio entre las acciones a corto plazo, con la nueva visión que quiere tener a medio plazo. No será fácil, en estos tiempos se imponen las acciones a corto plazo, como la reducción de costes ante una caída de ingresos. En este sentido, el líder ha de generar la confianza suficiente hacia su persona, puesto que su visión será innovadora y original, y no estará exenta de numerosas objeciones.

- Visión Dual: No se tiene la misma visión cuando te encuentras en el terreno de juego, a pie de balón, que cuando te encuentras en la grada observando el partido. ¿Quieres perderte una de ellas?

- Sacar de la zona de confort a tu equipo: Es difícil implantar cambios en un equipo situado en la zona de confort, de igual manera que es difícil afrontarlos en un entorno de miedo o parálisis. La mejor analogía surge de una entrevista que leí hace poco con Risto Mejide. Opinaba que "no se puede tirar de alguien con éxito, si la cuerda no está tensa". La empatía es clave, no todos los colaboradores comparten la misma zona de confort, y cada uno tiene sus propios tiempos.

- Tener seguidores: Un líder solitario puede ser considerado un loco, un chiflado. Sus primeros seguidores son los más importantes, a éstos debe tratarlos como sus iguales, puesto que son los que convertirán al primero en un líder, y provocarán la transformación a lo largo y ancho de la organización. Aunque es recomendable que su círculo inmediato se una al proceso de cambio (si no, no se unirán nunca) también surgen seguidores en otras partes de la organización, que hay que identificar y promover.

- Generar otros liderazgos: La responsabilidad sobre el liderazgo puede y debe distribuirse a lo largo y ancho de las empresas. No se trata de impulsar organizaciones anárquicas exentas de toda jerarquía, sino más bien de una organización más transversal, consciente de que todos estamos interconectados de una u otra manera. En este sentido, la analogía sería sustituir ese gran barco, con una dirección firme, por una flotilla, más ágil, más simple, más eficaz y más eficiente, perfectamente coordinada y buscando todos un único objetivo común y compartido.

Por último, si el líder no sabe, no quiere o no puede hacer que su visión se concrete, no es un líder, es un soñador. Por lo tanto, apliquemos la frase de "no me juzgues por mis ideas, júzgame por mis hechos",

¿Y tú? ¿Qué opinas? ¿Qué cualidades consideras más importantes?

@manuelrichter

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domingo, 2 de junio de 2013

"No soy un Winner", un poco de mí

No, no debo serlo. Según comentó el maestro Emilio Duró en su intervención el pasado 3 de Mayo en Gran Canaria, si estás en el Puente Aéreo a las 5 de la mañana, claramente no eres un "Winner". Pues bien, aunque no estoy en el Puente Aéreo (en mi caso se denomina "Coste de la Insularidad"), sí son las 5 de la mañana cuando ya duchado tomo la decisión de escribir este post.


"Winner": Dícese del que tiene éxito, del que ha triunfado sobre los retos que tenía en la vida…

Empecemos por la base, nuestras necesidades fundamentales:

  • Salud: La más importante de todas, te da las fuerzas para luchar por aquello que quieres conseguir.
  • Educación: Agradezco haber tenido la oportunidad de estudiar, de haber podido entender, que una carrera universitaria es mucho más que un conjunto de asignaturas que debes superar. La educación, en muchas situaciones, te abre puertas; en otras muchas, no te las cierra.
  • Familia: Supone una responsabilidad que te obliga a pensar también en el medio y plazo largo, para intentar darles unos valores y una educación - pública a poder ser - por lo menos equivalente a la que yo tuve la suerte de recibir.
  • Trabajo: Tengo un trabajo dinámico, continuamente cambiante, con una alta competencia, en el sector de las comunicaciones y la tecnología. Me obliga a estar permanentemente actualizado. Y me da la oportunidad de trabajar con empresas, con personas, y ver cómo contribuimos a desarrollar la sociedad de la que todos formamos parte.
  • Deporte: Supone un complemento necesario y gratificante, que me da la vida y el equilibrio. Lo recomiendo a todos, sus beneficios son impresionantes.

Éstas son mis necesidades fundamentales, no quiere decir que sean imprescindibles, de hecho hay múltiples ejemplos de "winners" donde no se cumple una o varias de las necesidades anteriores. Y me considero muy afortunado por tenerlas cubiertas.

Una vez sentadas las bases, ¿qué necesitamos para convertirnos en "winners"? Pues como en casi todo, depende de cada persona.

  • Para la mayoría, un reconocimiento social o profesional, que demuestre que han conseguido los objetivos a los que aspiraban.
  • Para otros, dinero o equivalentes, poder tener aquello que no está accesible para la gran mayoría. Convertirse en alguien "selecto" en función de los bienes de los que puede disfrutar.
  • También pueden considerarse "winners" aquellos que logran armonía en sus vidas, que han encontrado todo lo que buscaban, de la índole que fuera, y que no necesitan nada más.
  • Y por último están los "winners" que lo son cuando el mundo que le rodea prospera, cuando evoluciona su círculo de influencia, con su contribución.

Posiblemente mi concepto de "winner" sea una mezcla de todos los anteriores, en mayor o menor medida. Pero claramente no me considero un "winner" por los siguientes motivos:

  • "Winner" hace referencia a un término temporal, a partir de cierto punto lo eres. Has llegado a la meta. En mi caso, siempre habrá metas que alcanzar, objetivos que conseguir y sueños que realizar.
  • Somos seres sociales, no puede haber "winners" cuando vives en una sociedad donde hay personas que pasan hambre o frío. Familias que no tienen luz o agua corriente. Familias que son desahuciadas por no poder pagar una vivienda digna.
  • Hay demasiado por hacer, mucho donde contribuir. En esta sociedad - la española - donde los principales partidos políticos ocultan la corrupción, y propician el despilfarro… También las empresas buscan continuamente cómo pagar menos impuestos. Y la sociedad también. No puede haber "winners" en estas condiciones. Sólo "listos", o aprovechados.
  • Y cuando comparamos con otras sociedades, mal llamadas del "tercer mundo", queda claro que éste NO es el Planeta en el que soñamos vivir.

Por todo ello, no soy un "winner", no puedo serlo, no quiero serlo. Quiero ser un "fighter" o un luchador, evitando la manía que siempre tenemos de usar términos anglosajones, por aquello de que tienen una mayor resonancia.

Luchemos, cada uno en su ámbito, y unidos, para lograr ser la sociedad que queremos para nuestros hijos; si lo conseguimos, seremos todos "winners".

@manuelrichter

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